Es la nueva miniserie de dos números protagonizada por Hellboy (o debería mejor decir por la estupenda ambientación) con Mignola al guión y el gran Scott Hampton en las planchas gráficas.
De todos es sabido que la mayoría de historias protagonizadas por el demonio rojo suelen ser sencillas y con un esquema que no entra en profundidades, aprovechando el talento de sus autores principalmente para crear una creíble atmósfera y un decorado en el que desarrollar el respeto por lo sobrenatral (en lo que Mignola es un verdadero maestro).
En esta ocasión, Mike se dedica a escribir y se queda en las portadas en la parte gráfica, cediéndole el protagonismo al gran pintor: mansiones, criptas, cementerios, muertos vivientes, fantasmas...Hampton hace fabulosamente su trabajo. Y el resto...ya lo conocemos.
De todos es sabido que la mayoría de historias protagonizadas por el demonio rojo suelen ser sencillas y con un esquema que no entra en profundidades, aprovechando el talento de sus autores principalmente para crear una creíble atmósfera y un decorado en el que desarrollar el respeto por lo sobrenatral (en lo que Mignola es un verdadero maestro).
En esta ocasión, Mike se dedica a escribir y se queda en las portadas en la parte gráfica, cediéndole el protagonismo al gran pintor: mansiones, criptas, cementerios, muertos vivientes, fantasmas...Hampton hace fabulosamente su trabajo. Y el resto...ya lo conocemos.
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