sábado, 13 de febrero de 2016

Creed: cuando las cosas se hacen bien

No soy un aficionado al boxeo. Eso no importa para disfrutar del buen cine, del cine serio, bien hecho, con mensaje y sin moralinas, con buenas interpretaciones, acción bien rodada y personajes bien construidos. Y todo eso es Creed, la última entrega de la saga de Rocky.
 
La anterior entrega ya alcanzó un nivel elevado en cuanto a calidad, centrándose también en ese después de la fama del personaje, cuando las luces del escenario se han apagado y uno tiene que aprender a vivir sabiendo que aunque ha ganado mucho, también mucho es lo que ha perdido. Que la vida se vuelve a veces más dura, pero con un toque de esperanza, de ganas por seguir luchando y viviendo, aprendiendo a ilusionarse con lo que sigue siendo hermoso. Uno siempre puede dar más lo que a priori piensa que puede dar.
 
La presente entrega avanza algo más en el tiempo, y es un canto a una nueva vida, a una nueva carrera, a las oportunidades, a luchar por lo que a uno le hace vivir. Un canto a lo especial de las relaciones, a lo esencial y a lo hermoso de la sinceridad. Un canto a las pasiones humanas y al amor más sincero. Y a la lucha incansable.
 
El elenco funciona a la perfección, el rodaje es impecable, la interacción entre personajes y con el espectador perfecta...Una buena película sin complicaciones para disfrutar en solitario o en buena compañía.

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